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Tempus Fugit

«Tempus Fugit»

Te recuerdo
como la mañana al trigo,
como la gaviota al viento empedernido,
como el huracán cuando lanza rugidos matutinos
a un sol que ya no es mi amigo;
y las rosas hoy se mofan en el horizonte
de que ya no me hablen de amores,
por allá, por lo alto, por los montes.

Te recuerdo fuerte en el silencio del trino;
la lozana llamada de un hombre libre a su destino:
Eres una sola en la memoria del olvido,
una poema tan lejano como las sombras de las mariposas
que se alojan en tu mirada cuando te asomas.
La brisa del mar juega con tus formas.
Esas son lejanas copas de alegría vueltas locas,
de tanto juguetear entremedio de otras horas
y de las luces que a pocos asombran;
pero que a todos, y por extraña obra, provocan
extraño destellos de mundos que hoy colapsan.
Desde el cielo hasta la puerta de tu casa
muchas memorias se forjaron, que ahora
tal vez perezcan si es que nadie las anota.

Fueron cuatro estaciones con ecos de amor,
de aquellas que aprietan garganta y corazón,
induciendo a sentir frío de repente, y sin tenerlo;
te hacen sentir culpable de hechos no resueltos.
Toqué tu rostro y brotaron de él quintaesencias,
también algunos escritos, todo el resto siempre en mi cabeza;
que en su dulce ingenuidad tenía todo planeado:
Creía que se cumplirían las historias de antaño.

Tal vez fueron los atolondrados ecos del amar
que reposan en todo lugar, aprestándose a engordar,
y llenar el oleaje de fragmentos de otros paisajes
-más imaginarios que reales-
que le quitan al ciego su intuición penetrante,
acarreando al astuto por tragedias evitables.
Son los designios del corazón, que en su dictadura,
mata siervos y esclavos, enfermo de locura;
como si Dios o los Dioses, tal vez, hubieran confabulado,
para ver el escenario y burlarse del resultado.

Caminé junto a tí, siendo capaz de ver sin ver,
los árboles, las costas y los sueños de la vida que pudo ser;
como colibrí más que desesperado por las órdenes de su vivir,
brinqué, volé y corrí solamente inspirado por tí.
Pero la llegada de la sombra y del terror te invitaron a salir.
Mientras, en un rincón y a escondidas, me tragaban a mí.

Fui desterrado y mutilado,
hilvanando recuerdos en cuaderno gastado
de tanto viajar y seguir viajando,
por caminos mentales e imaginarios clausurados.
A diferencia de antes ahora lucho contra fieras,
y aunque la fortuna diga al final lo que quiera,
quiero que sepas que una parte de mi historia aún guarda todas tus prosas.
Están en un baúl pequeño, cuidadas de toda otra cosa.
Lo que fuimos, lo que tenemos y lo que nunca seremos
son hoy una sola joya, fugaz y poderosa, aunque esperemos
que las ruedas de las circunstancias jueguen con las burlescas rosas,
que un día, planté en tu jardín de amapolas,
cuando eran virtuosas, para verlas crecer.
Son aquellas cosas novedosas que, tal vez, ahora son parte de tu ser.

Y si nada floreció, y otra vez mi alma se equivoca,
aún tengo aquella tarde donde una porción de mi alma se quedó en tu boca.

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La imagen de presentación pertenece a «Yoan-Lossel». Pueden ver más de sus trabajos Aquí.

Saludos

2 Comments

  1. Este es uno de los buenos ,me encanto !!!

    • Por una parte me alegro profundamente de leer un comentario en mucho tiempo, así como que te guste este trabajo. Por otra parte, tu mensaje me de a entender de que no todos mis trabajos son buenos. Una lástima.

      En fin,
      Saludos


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